UN VIAJE
Enzo Trapani, antes de radicarse en EE.UU definitivamente, volvió a Santa fe, Argentina. Esto fue casi por el año 2012.
Por ese entonces, volvió a residir en su ciudad de origen, en el barrio de Guadalupe.(Beach)
Todo hacía preveer por entonces que, su residencia iba a ser en este lugar.

UN CAMBIO DE PLANES
Al cabo de un tiempo, las cosas no se dieron como pensaban. Y ahí, su vida da un vuelco nuevamente, para volver a EE.UU, ya definitivamente.
Los cambios de planes en la vida, en realidad, son en parte decisiones, y en parte destino. ¿Existe el destino? O lo hace la persona misma?. Cuestiones que pueden plantearse.
Pero el cambio fue, para mejor.
Si bien el arraigo es una cuestión afectiva y construcción cultural muy fuerte, se debe trabajar mucho para poder vencer ese anillo de atracción que ejercen los lugares y las cosas.

EL ARTE, UN TALLER, SU REFUGIO
El taller de Enzo en su Casa de Guadalupe Beach, funcionó como una oficina de arteterapia para él mismo. Por entonces, no existía «Mia», la dócil niña de 4 patas que cambiaría su vida.
Por lo tanto, los tablones, las latas de solventes y bidones de pintura, fueron los contenedores de un continente de emociones y desbordes. La espiritualidad y el alma, mueven mas cosas que el viento en la arena del desierto.
El destino iba preparando en silencio, al tiempo, la llegada de «Mía». Se iba tejiendo en silencio, la trama secreta de la existencia de ese animal maravilloso que iba a pasar el resto de sus días con él.

COMPAÑIA EN DIAS, MESES, AÑOS
Así las cosas, el taller de Guadalupe quedó en el olvido. Pero también, en la memoria, que es algo diferente. El ser humano en realidad, está construido de miles de historias y experiencias, que lo posicionan en el lugar actual.
Y lo actual, no es otra cosa mas que, un puente hacia el futuro.
